martes, 16 de octubre de 2012

Donde nadie te encuentre / Alicia Giménez Bartlett

La novela de Alicia Giménez Bartlett nos cuenta la vida de Teresa Pla Meseguer o Florencio Pla Meseguer, conocida/o como La Pastora, personaje que existió de verdad.
Estamos en los años 50, concretamente en el año 1956. En plena posguerra, en una España sombría, diezmada y paupérrima, todavía sobreviven algunos maquis. La guardia civil lleva a cabo una implacable caza de algunas cuadrillas de maquis en la zona del Maestrazgo y Els Ports (provincia de Castellón). En esta zona, uno de los maquis más perseguidos es La Pastora. Nadie sabe dónde está, su figura se ha convertido en leyenda: se le acusa de veintinueve crímenes, subversión política y bandidaje.

 Lucien Nourissier, un psiquiatra francés que está haciendo una tesis doctoral sobre la tipología de una clase de delincuentes que poseen un perfil psicopatológico, lee un artículo de un periodista español que habla sobre un maquis e inmediatamente queda subyugado por lo que lee:”un ser cruel y despiadado, de sexo dudoso, solitario, capaz de sobrevivir en la montaña y de esquivar a sus innumerables perseguidores hasta el punto de hallarse libre aún…” Concierta una cita con el periodista, Calos Infante, y viaja hasta Barcelona para reunirse con él. Lo que Nourissier quiere es que Infante le ayude a encontrar a La Pastora para entrevistarle.

Después de unas iniciales reticencias, subsanadas por el ofrecimiento de una generosa cantidad de dinero, Infante acepta y empieza el periplo de esta pareja por los pueblos del Maestrazgo intentando recabar información sobre el paradero de La Pastora.

 La novela está estructurada en dos partes bien diferenciadas que se van intercalando: una, nos cuenta las peripecias de la pareja Nourissier e Infante en busca de La Pastora, y otra, el relato que la propia Pastora hace de su vida – se sobreentiende que a estos dos-.
Al elegir esta estructura, la autora renuncia a la intriga principal – saber si al final van a encontrar a La Pastora o no, aunque mantiene una intriga alrededor de los protagonistas de ficción (Nourissier e Infante) que termina en un final que no acaba de cuajar (Infante no se merece ese final).

Y es en la parte de la narración de la pareja Nourissier e Infante donde la novela se tambalea. Las aventuras de Nourissier/Infante se hacen repetitivas, pesadas. En todos los capítulos pasa lo mismo: mientras que el francés se dedica a pasar el tiempo (repasando sus notas y dando paseos por cada pueblo en el que se hospedan), el español va de un lado a otro intentando encontrar algún contacto (cuando lo encuentran, narración de cómo fue el asalto al mas donde participó La Pastora, informes policiales…)
Discusiones entre Nourissier e Infante. La autora ha creado dos personajes contrapuestos: el cándido e idealista Nourissier y el cínico Infante. A mi modo de ver, Giménez Bartlett se ha excedido a la hora de perfilar estos personajes, sobre todo en la figura del francés. Algunas reacciones de Nourissier ante lo que va viendo y conociendo de esos pueblos resultan chocantes: se sorprende de la actitud desconfiada de los lugareños, de los olores, etc: “En Francia los pueblos huelen a pan recién hecho desde el amanecer", aún cuando Infante le expeta en una ocasión: ¡Usted ya sabía lo que está sucediendo en España, deje de comportarse como si todo rozara su finísima piel!

Pero donde realmente esta novela merece la pena es en los episodios donde La Pastora, a modo de monólogo, narra su vida. Sobrecoge la vida de La Pastora.

En la nota aclaratoria del libro, Bartlett escribe: Todos los episodios que narra el personaje de La Pastora en su monólogo pertenecen a su biografía real. Del mismo modo, los hechos de otras partes de la novela donde éste interviene son también auténticos. La autora se ha basado en el libro del periodista José Calvo “La Pastora. Del monte al mito”. Quizás sería mejor leer el libro de José Calvo para conocer a La Pastora y obviar esta novela.
Este es un libro que habla sobre el maquis (sin idealizaciones), pero también es un libro que habla sobre la abrumadora soledad de un ser humano, que, debido a su peculiaridad física, fue apartado, excluido de la sociedad.

En la nota final de esta novela se dice que a Florencio Pla Meseguer, alias “La Pastora” lo incineraron el 2 de enero de 2004 en la Pirámide del Jardín del Recuerdo del Cementerio Municipal de Valencia.
Pero, curioseando por Internet encontré información que lo desmiente: “La Pastora, un ser humano cuyos restos descansan, no en esa Pirámide del Jardín del Recuerdo del cementerio de Valencia como se afirma en la nota final, sino en un lugar “donde nadie te encuentre”, título de la novela que, en este caso, le hace justicia a la realidad.
Como colofón a esta reseña, decir que la fotografía que aparece en la portada del libro no es la de La Pastora. Incluyo las dos únicas fotografías que se conocen de él.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Cincuenta sombras de Grey. E. L. James

Toc, toc! ¿hay alguien ahí que aún no haya oído hablar de estos libros? lo digo por ahorrarme el resumen de la trama pero claro, luego pienso en las futuras generaciones que encuentren esta reseña cuando se deje de hablar del "fenómeno Grey" y caigo en la cuenta de que no sería justo, esos posibles lectores no tienen la culpa. Así que ahí va...

Anastasia Steel es una joven estudiante, un poco boba, tímida y patosa, a punto de graduarse en la Universidad de Georgia, que conoce al inaccesible, apuesto, joven y multimillonario Christian Grey cuando tiene que hacerle una entrevista para la revista de la universidad en nombre de su compañera de piso, que casualmente está enferma. Entre ellos pronto surge una tensión eléctrica (creo que así lo llaman en la novela) difícil de soportar que con el tiempo se transforma en tensión sexual que más tarde o más temprano, acaban resolviendo, y de ahí a querer mantener una relación continuada sólo van un par de páginas. Lo que Ana no sabe es que Christian es un obseso del control que esconde un lado oscuro bastante siniestro que a su vez se mezcla con un pasado difícil, con el que ella tendrá que lidiar si quiere disfrutar de la compañía de su Cincuenta Sombras (apodo cariñoso que responde a las múltiples personalidades y constantes cambios de humor de nuestro protagonista). Pero el caso es que las condiciones que plantea Christian Grey son complicadas de aceptar y requieren de muchos planteamientos.
Si me tengo que quedar con algo de esta novela, es con el intercambio de mails entre los protagonistas, y con algunas conversaciones con cierto toque divertido y malévolo, aunque es una pena que sean tan pocas.

Cuestiones que uno puede plantearse después de haber leído esta novela. La calidad literaria, en este sentido, no sé si particularmente, estaría cualificada para emitir un juicio a este respecto, no soy crítica literaria ni lingüísta, pero sí sé una cosa y es que no es la primera novela que leo en mi vida y por eso estoy segura de que no es de lo mejor que he leído, no hay que ser muy lista para darse cuenta de que a la autora le faltan recursos, además de vocabulario, detalle que intenta esconder detrás de la constante repetición de palabras, frases e ideas, en ocasiones tampoco muy acertadas. El tipo de literatura, no tengo nada que decir a este respecto, es como la literatura histórica, a quién le gusta este tipo de género pues le gusta y a quién no pues no, no entiendo a que viene tanto revuelo, no creo que sea la primera novela erótica de la historia de la literatura, y no entiendo por qué el contenido puede ser criticable. La trama principal, la verdad es que es bastante sosa (chica conoce a chico, se sienten atraídos, se inicia una relación, no es la que ella espera pero como el amor todo lo puede pues aspira a cambiar al chico...), no ocurre nada emocionante salvo lo relativo al lado más oscuro y perverso del Señor Grey. Sobre los personajes, Ana Steel es bastante "tontita", más de lo que debería ser propio de su edad y muy dispuesta a pesar de su falta de experiencia, aunque he de decir que según avanza la historia gana puntos y se vuelve más madura aunque igual de ingenua en lo referente a lo que implica su relación con Grey, y en cuanto a él, pues a veces es estúpido y a veces adorable, y otras ni siquiera sé. Y sobre las escenas de sexo, no sé qué decir, son escenas de sexo, las hay muy variadas, algunas sugerentes, si queréis (igual que Anastasia, que se sonroja a una media de diez veces por página, yo también me he puesto colorada leyendo ciertas cosas)  y otras pues más o menos apetecibles según los gustos personales de cada uno (yo el sado, por más que lo intente, no lo entiendo). Dudas morales, sólo se me ocurre una, ¿a qué se está dispuesto a renunciar, a soportar o a sufrir por amor?, ¿dónde están los límites en una relación de pareja cuando ésta es más que peculiar?, ¿se puede pagar con dolor el placer (o el amor) de la otra persona? Mi opinión es que algunos de los comportamientos en nombre del amor que se describen en la novela me parecen demasiado humillantes como para permitirlos de la persona a la que amas y como para inflingirlos hacia la persona a la que amas. Por esto mismo estaba bastante conforme con el final.

Pese a todo lo que he dicho anteriormente y ser consciente de ello, no me gusta faltar a la verdad, no hay duda de que la novela tiene algo que engancha, me encanta una comparación que creo que es bastante fiel a la realidad y que he leído hace poco en Internet, alguien comentaba que esta novela es como comerse una hamburguesa, sabes que es comida basura pero te la comes con cierto gusto, incluso aunque luego te arrepientas. Ya he empezado la segunda parte, Cincuenta sombras más oscuras, y la verdad es que me está gustando más, aunque hay vicios que se mantiene (tanto de la autora como de los protagonistas), la trama mejora por momentos. Es posible que mi opinión al respecto cambie, aunque aún no sé si mucho o poco.

Sólo una última cosa, en algún sitio leí que esta trilogía era literatura erótica para amas de casa, y yo sinceramente creo que las amas de casa del mundo merecen literatura erótica con un poquito más de calidad, que seguro que la hay.

Por cierto, creo que hay peli en camino, a nada que el éxito sea parecido al de las novelas, taquillazo asegurado.

P. Brown.

sábado, 6 de octubre de 2012

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick


BLADE RUNNER

Después de la Guerra Mundial Terminal, durante el siglo XX, el planeta Tierra queda contaminado por un polvo radiactivo que mata a los animales y dificulta la vida en el planeta, ya que el polvo radiactivo impide que los rayos de sol lleguen a la tierra. Antes de la guerra, había un plan colonización en otros planetas, como Marte, y se anima a los humanos a que se marchen, acompañados de androides (llamados despectivamente "andrillos"). Quedarse supone exponerse a enfermedades o que las facultades mentales queden afectadas.

Los humanos normales se agrupan en las zonas más libres de contaminación, por lo que muchas zonas de la tierra quedan abandonadas, y las cosas que no tienen utilidad pasan a ser llamadas kippel (una de las industrias que quedan con pujanza en la tierra es la dedicada a reciclar el kippel o impedir que ocupe más zonas). Los humanos catalogados como "especiales" (han de aceptar la esterilización y se les llama cabezas de chorlito) se marchan a estas zonas abandonadas para vivir.

En estas condiciones, tener un animal de verdad se convierte en una cuestión de prestigio, pero para eso hay que tener dinero. Si no se puede disponer de uno de verdad, uno puede recurrir a la compra de uno eléctrico, mucho más económico. Así le pasa a Rick Deckard, un cazador de bonificaciones del departamento de policía de San Francisco. Esta situación no le satisface y se le presenta la ocasión de retirar a varios andrillos que han vuelto ilegalmente a la Tierra. Retirar a 6 andrillos supone 6.000 dólares, y esta será su misión durante 1 día, aunque estos 6 andrillos pertenecen a la serie Nexus 6, la más evolucionada hasta ahora.

Para conseguir detectarlos se utiliza un test de empatía de Voight-Kampff, pero la empresa (Rosen Association) que se encarga del diseño de los androides se ocupará de proteger su creación. Rick Deckard se tendrá que enfrentar a un dilema que no había tenido antes, como era matar sin sentir remordimientos por ello, ya que se trataba de máquinas, con aspecto humano, pero máquinas.


Después de su lectura, tengo que volver a ver Blade Runner, y llegar a esa última escena en la que el andrillo Rutger Hauher le confiesa lo que siente a Harrison Ford. Máquinas con anhelos de vivir.

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